Nuestro diario, allá por enero de 1930, mostraba al mismo tiempo el viejo puente de madera que ya tenía medio siglo de vida con las primeras estructuras de hormigón armado que iban a soportar la gran bandeja que se convertiría en el puente que actualmente conocemos. En aquel entonces la crónica señalaba: “el viejo puente sobre el río Salí ,que ha soportado durante más de medio siglo el tráfico intenso de los vehículos que comunican a nuestra ciudad con Cruz Alta, contempla en la actualidad el hundimiento de los pilares del gran puente de cemento armado que se levantará en su reemplazo. Los trabajos en ejecución, que erogarán más de un millón y medio de pesos, llaman poderosamente la atención a todos cuantos cruzan el viejo puente de madera, a punto de ser jubilado”.

En 1871, durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, la Oficina Nacional de Ingenieros encargó estudios a los técnicos franceses Julio Delacroix y Luis Dode para la construcción de un puente de madera -de quebracho colorado-. Como sigue sucediendo en la actualidad, el caudaloso Salí se llevó la obra, y desde entonces hubo sucesivas intervenciones en 1879 y en 1900. En 1912, el Senado aprobó, por iniciativa de Alberto León de Soldati, la construcción de un puente metálico, pero el proyecto no prosperó.

Cabe recordar que el punte de El Timbó, una alternativa de cruce, se inauguró en 1930.